
“Porque me gustan las imperfecciones, y mucho más cuando el resultado es fruto de unas manos tan imperfectamente inspiradoras.”
La humanidad aprendió a hablar hace cien mil años, y pronto sintió la necesidad de representar gráficamente los sonidos para poder conservarlos: de esta manera, con el paso del tiempo, nació la escritura.
Los humanos, primero aprendemos a hablar y luego a escribir, y cuando un ser humano, en su etapa de niño, empieza a utilizar el trazo para llegar posteriormente a la escritura, es porque tiene la necesidad de expresar su interioridad.

En esta colección, me he basado en el trazo y las rayas de mi hija cuando tenía 5 años.
Círculos, cuadrados, la intención de una letra, un dibujo representando una forma humana, y rayas y más rayas, me detienen a hacer el trabajo de recopilar todo este conjunto de símbolos.
Pararme a observarlos y analizarlos.
Con esta parada reflexiva, quiero dar a conocer que no todos los humanos evolucionamos de la misma manera ni con las mismas habilidades.
Poner en valor el esfuerzo de un trazo imperfecto y todo el arte que se esconde detrás, ha sido la fuente de inspiración y el hilo conductor para llevar a cabo esta colección.